La terapia EMDR (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), es un modelo de psicoterapia complejo que consta de un protocolo compuesto por ocho fases y que ha demostrado su eficacia en múltiples psicopatologías tales como el trastorno por estrés postraumático (TEPT), trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, entre muchas otras.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la terapia EMDR como uno de los tratamientos de elección para los trastornos relacionados con el trauma.
La terapia EMDR, por tanto, está recomendada para el tratamiento de las dificultades emocionales causadas por experiencias difíciles en la vida del sujeto (p. ej., fobias, ataques de pánico, muerte traumática de un ser querido, duelos, incidentes traumáticos en la infancia, accidentes o desastres naturales, entre otros).
La terapia EMDR se divide en ocho fases, cada una con objetivos específicos en el proceso de tratamiento:
Historia y Planificación del Tratamiento: El terapeuta recopila información sobre la historia clínica del paciente y determina si EMDR es adecuado. Se identifican los recuerdos específicos a tratar.
Preparación: El terapeuta explica el proceso de EMDR al paciente, establece una relación terapéutica de confianza y enseña técnicas de manejo del estrés para usar durante y entre las sesiones.
Evaluación: Se identifica el recuerdo específico a tratar, junto con la imagen visual asociada, las creencias negativas, las emociones y las sensaciones físicas relacionadas.
Desensibilización: Utilizando movimientos oculares guiados o alternativas táctiles o auditivas, el terapeuta ayuda al paciente a enfocarse en el recuerdo traumático mientras recibe estímulos bilaterales, lo que facilita el procesamiento emocional del recuerdo.
Instalación: Se refuerza una creencia positiva elegida por el paciente en relación con el recuerdo, reemplazando la creencia negativa previa.
Escaneo Corporal: El paciente se enfoca en cualquier tensión o malestar físico restante mientras piensa en el evento y la creencia positiva, y se utiliza EMDR para procesar estas sensaciones.
Cierre: Al final de cada sesión, el terapeuta ayuda al paciente a regresar a un estado de equilibrio emocional, utilizando las técnicas de manejo del estrés enseñadas previamente.
Reevaluación: Al inicio de las sesiones posteriores, se evalúa el progreso del paciente, y se determina si los recuerdos objetivo se han procesado adecuadamente o si se necesitan más sesiones.
Procesamiento Adaptativo de la Información (PAI): EMDR se basa en la teoría del PAI, que sugiere que el cerebro puede sanarse de traumas psicológicos de manera similar a como el cuerpo se recupera de traumas físicos, siempre y cuando se brinde el entorno adecuado para el procesamiento.
Estímulos Bilaterales: La característica distintiva de EMDR es el uso de estímulos bilaterales (como movimientos oculares rápidos), que se cree facilitan el procesamiento de recuerdos traumáticos.
La efectividad de EMDR ha sido ampliamente reconocida, particularmente para el tratamiento del trastorno de estrés postraumático (TEPT), aunque también se ha utilizado para tratar otros problemas emocionales y psicológicos. Su capacidad para aliviar el impacto emocional de los recuerdos traumáticos puede resultar en una rápida mejora del estado de ánimo y la función en los pacientes.
Quisque habitasse sapien dictumst porttitor euismod felis viverra placerat curabitur cras pellentesque commodo aptent metus porta eu eleifend